La alimentación natural y nuestros perros

Desde hace muchos años la alimentación de nuestros canes ha sido una preocupación tanto para los propietarios particulares, criadores y técnicos, como para las empresas dedicadas a la alimentación. Siempre ha sido un asunto controvertido que ha dado que hablar y escribir a muchísimas personas relacionadas o incluidas en el sector. No obstante, a pesar de estas controversias, la evolución de los productos, su preparación y presentación han avanzado de forma extraordinariamente expansiva y dinámica. Hoy en día constituyen un importante volumen económico que maneja poderosos intereses alrededor del animal de compañía: un sector que permite márgenes económicos que ningún otro campo de la alimentación puede admitir, si exceptuamos, claro está, el de la alimentación humana.

Una respuesta eficaz para un problema constatado

Tanto el aumento de técnicos especializados en los animales de compañía, como la mejora de las técnicas de diagnóstico, la oferta de muchísimos y variados productos para alimentar a nuestros perros, así como la mayor experiencia y especialización de nuestros criadores y propietarios, nos han ido trasmitiendo a lo largo de estos años -y sobre todo en la última década- una información que nos ha puesto “en guardia” tanto a técnicos como a propietarios y criadores. Nuestros perros presentan una serie de problemas que van desde los simples trastornos digestivos hasta problemas de articulaciones, crecimiento, fertilidad, alteraciones cutáneas, inmunitarios, etc. Todos ellos conforman una serie de procesos patológicos para los que nuestros técnicos clínicos se ven en muchas ocasiones desbordados e incapaces de poder controlar, a pesar del uso y la aplicación de modernas técnicas de diagnóstico clínico.

La respuesta más inmediata siempre ha partido de los criadores. Ellos tienen un mayor número de animales y una mayor capacidad de observación y comparación que les hace sufrir un mayor perjuicio económico. Comenzaron a transmitirnos que con determinados cambios en la alimentación, muchos de estos síntomas y trastornos desaparecían en unos casos o se amortiguarían en otros. La necesidad de resolver los problemas de sus perros les llevaba a realizar pruebas alterando las dietas y suprimiendo los llamados alimentos “completos” (piensos) por combinaciones de alimentos tradicionales ya conocidos (carnes, pastas, cereales, verduras, frutas, derivados lácteos, etc.). Entraron, por necesidad, en el mundo de la alimentación de sus canes con lo que se ha dado en llamar “ALIMENTOS NATURALES”. El cambio a este tipo de dietas y alimentos ha dado respuestas tan satisfactorias en muchos casos, que la idea y la recomendación se ha extendido de forma muy general por los cuatro continentes.

Multitud de trabajos y artículos en todo el mundo avalan esta forma de alimentación a pesar de los problemas que sobre la utilización de estos alimentos naturales supone en cuanto a conservación, manejo y, sobre todo, combinación de alimentos para equilibrar la dieta adecuadamente. Apoyados unas veces por la experiencia, otras por el consejo bibliográfico y, en pocas ocasiones, por los técnicos, este sistema se va extendiendo lenta pero de forma inexorable por todo el mundo.

La industria busca que busca

¿Tan mal lo ha hecho la industria de los piensos compuestos para llegar a esta situación? Creo, sinceramente, que han coincidido una serie de factores técnicos y económicos que han dado lugar a esta situación, que, aunque todavía minoritaria, no cabe duda que afecta al prestigio de la marca y a su economía de ventas. No creo en la mala fe de las personas o de las empresas; pero pienso que los medios tecnológicos en unos casos, las ambiciones económicas -muy respetables- en otros, la falta de conocimientos técnicos, la presión brutal en la competencia, así como la falta de criterio en la valoración de un objetivo común -obtener la máxima salud en nuestros perros-, han motivado esta inevitable situación. Lo que muchos todavía hoy consideran “máxima salud” consiste en mantener un peso adecuado, un pelo adecuado, unas heces consistentes y lo menos malolientes posibles. Cualquier alteración fuera de estos cuatro aspectos o cualquier otra alteración fisiopatológica es un asunto que se dirige hacia el veterinario clínico como algo que no tiene relación con la alimentación.

En esta búsqueda incansable del fabricante de las materias primas de máxima calidad al mínimo precio, entran en juego los otros factores para la elaboración de los piensos. Uno de ellos es el grado de exigencia del fabricante en los controles de calidad sobre las materias primas. Una vez cumplidas las mínimas exigibles por la legislación vigente - aleatorias en cada fabricante- se requiere necesariamente un asesoramiento técnico personal especializado, medios tecnológicos apropiados y una técnicas analíticas adecuadas. Esto supone en cualquier empresa unos altos costes económicos y una necesidad imperiosa de una formulación técnica de las dietas -sin presiones económicas- para el aporte de nutrientes (proteínas, energías, vitaminas y minerales) adecuados, tanto en su cantidad como en sus cualidades digestivas; y, a su vez, un correcto almacenamiento y distribución de los productos acabados. Estas son las causas reales de la concentración en la producción de los piensos para perros y gatos que se ha producido en los últimos años en una serie de fabricantes que trabajan para diferentes marcas y que cumplen las costosas condiciones mínimas de fabricación exigidas por la legislación.

Los controles de calidad

Si bien es cierto que desde hace muchos años existe por parte de la administración unos controles sobre los fabricantes de piensos, estos controles se centran fundamentalmente en los procesos de fabricación, en el examen de los llamados “puntos críticos” de la fabricación (almacenamiento distribución, mezclas, análisis materias primas y acabados, etc.) y en la entrada y salida de las materias primas y productos acabados. Se da la paradoja de que en las normas del etiquetado de cualquier pienso que se utilice para alimentación animal de acuerdo a la legislación actual, las características de constituyentes y análisis nutricional no nos permitirían identificar la calidades nutritivas necesarias para calificar técnicamente un pienso. Muchas de estas características nutritivas del etiquetado -no las exigidas por la normativa actual- se añaden o no al etiquetado dependiendo de las técnicas de marketing de la marca.

Se supone que en la alimentación con piensos completos se aportan los suficientes nutrientes, proteínas, energías, fibras, vitaminas, minerales, aminoácidos, etc. que necesita el perro en función de la raza, actividad, peso, edad... Cuando a estos piensos añadimos suplementos nutricionales (fundamentalmente vitaminas y minerales) y obtenemos una respuesta positiva en los animales, es lógico pensar que el pienso no nos aportaba los suficientes nutrientes o no estamos dosificando el pienso en la cantidad que nos recomienda el fabricante. También pudiera ocurrir que existieran factores en el pienso que impidieran la correcta biodisponibilidad (digestibilidad) de la totalidad de sus nutrientes.

En la alimentación “natural” ocurre algo diferente, partimos de alimentos en la mayoría de los casos utilizados para alimentación humana y eso nos da una garantía real de lo que utilizamos. Lo ideal sería disponer de una gran variedad de alimentos que fueran capaces de aportarnos estos micronutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos, etc.), pero esa variedad sería difícil de aplicar en la práctica: los parámetros de biodisponibilidad y riqueza nutritiva varían mucho de un alimento a otro, por lo que es recomendable en unas situaciones -y necesario en otras- optar por suministrar a nuestros perros suplementos de micronutrientes que completen el equilibrio de las dietas. Fundamentalmente, la necesidad la crea el tipo de raza y la actividad de nuestros ejemplares. El cuál, cómo, cuánto y cuándo dependerá de cada situación, de cada raza y de cada actividad, y sería recomendable asesorarse previamente por un técnico especializado.

Una necesidad diaria y eficaz

Detrás de estas dos opciones siempre he escuchado la misma pregunta ¿es necesario dar siempre, todos los días, estos suplementos? Los animales, como las personas, tenemos una necesidad diaria de aportes de estos micronutrientes para que nuestro metabolismo funcione adecuadamente. En perros y en función de la raza, edad, peso, productividad (gestación-lactación) y actividad, se tienen unas necesidades y un consumo diario que varía muy ampliamente en función de estos factores descritos. El hecho de no suministrar a un perro estos suplementos durante diez, quince, treinta días, no hará notar ningún síntoma externo aparente, puesto que el propio organismo tiene unos mecanismos de almacenamiento para estos micronutrientes, los cuales va liberando en períodos de escasez nutritiva. Sin embargo, cuando se agotan estas reservas empiezan los “aparentes” problemas, por ejemplo en perras gestantes y paridas (abortos, partos lentos, falta de vitalidad de los cachorros al nacimiento, falta de crecimiento, pérdidas de peso y color del pelo, etc). ¿Cuándo se ha producido? En las fases de máxima necesidad (gestación-lactancia). Por consiguiente, cuando se presenten estos síntomas con una alimentación con pienso, o bien cuando alimentamos de forma natural, hemos de tratar de suministrar los suplementos siempre, aunque varíen sus dosis o el despiste nos haga interrumpirlos durante unos días.

Lo que nadie puede negar a estas alturas -avalado por los conocimientos técnicos y tecnológicos- es que la ALIMENTACION NATURAL ha surgido como una necesidad imperiosa de solucionar la aparición de estas alteraciones fisiopatológicas mencionadas y otras muchas que hoy en día se conocen dentro de la “patología de la nutrición”. Es una respuesta muy eficaz para obtener la salud deseada y exigible de nuestros perros. Su extensión a nivel nacional y mundial dependerá de la respuesta eficaz que pueda dar la industria de la alimentación a los propietarios, criadores y técnicos inmersos en el mundo de los perros, y de la difusión de los conocimientos nutricionales entre los propios técnicos, criadores y propietarios.

 

Fdo. Luis Poveda Piérola
Veterinario-Nutrólogo

Comentarios

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Gwendy

Hola mi yorkshire tiene 4 meses me gustaría saber ya que no lo entiendo muy bien como empiezo para darle de comer la alimentacion natural y que. Cantidad

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Jesus Montero
Hola Gwendy, En este video se explica en detalle: http://www.coramonte.com/articulos/alimentación-natural-de-mis-cachorritos-medio-dia-y-noches

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